El territorio y la ruta de los Olivos Milenarios
La mayor concentración de olivos milenarios del mundo
Los olivos milenarios del Territorio Sénia
La Ruta de los Olivos Milenarios del Territorio Sénia es algo más que un simple itinerario turístico. Es una experiencia cultural, paisajística y emocional que nos invita a descubrir un legado único, profundo y ancestral. Un viaje en el tiempo con un cierto aire de milagro y de misterio de la naturaleza.
Porque existe un lugar, entre la Comunitat Valenciana, Cataluña y Aragón, donde se encuentra la mayor concentración de olivos milenarios del mundo. Este paisaje agrícola es tan bello como excepcional, catalogado como patrimonio agrícola mundial por la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Avalado científicamente
Un viaje en el tiempo
Puestos a desconfiar de todo y a no creernos nada, hasta nos puede parecer mentira. Pero no lo es, ni mucho menos porque son árboles milenarios que, en algunos casos, fueron plantados en tiempos de los romanos cerca de la Vía Augusta, que unía los Pirineos con el sur de Hispania.
De hecho, aquí podemos mirar de frente al olivo más antiguo de España, según dictaminó con precisión un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid. Es ‘la Farga de Arion’, en Ulldecona (Tarragona), con una edad que supera ya los 1.700 años, puesto que se habría plantado en el 314 dC, durante el mandato del emperador Constantino I, el mismo que, por primera vez, dio libertad de culto a los cristianos.
Monumentos naturales y cifras que impresionan
Hoy en día, son 7.794 los ejemplares certificados científicamente como milenarios con troncos que superan los 3 metros y medio de perímetro y que, en algunos casos, van más allá de los 8 metros. El conjunto no tiene equivalente en el mundo. Aunque existen ejemplares antiguos en otros países mediterráneos, en ningún otro lugar se conserva una densidad tan elevada de árboles con edades que superan los mil años.
No son fósiles, siguen en producción
Farga Milenaria, un aceite que es un regalo de la naturaleza
Teniendo más de mil años, podrían casi haberse fosilizado. Pero sorprendentemente, a pesar de su antigüedad, muchos siguen produciendo aceitunas. De ellas se obtiene un aceite de oliva virgen extra de altísima calidad, que podemos degustar y que es muy apreciado por su origen excepcional pero también por su sabor equilibrado y gran calidad.
Son aceites que cuentan incluso con un certificado: la marca de garantía Aceite Farga Milenaria. Este sello garantiza el origen y la calidad de estos aceites, que no solo son un producto gastronómico único y de alta calidad, sino que también representan un modelo de sostenibilidad agrícola en el que conviven equilibradamente innovación y tradición.
Como de la familia
Pasión e inspiración
La relación de los agricultores con estos olivos milenarios trasciende la actividad meramente productiva. Llevan cultivándolos toda la vida, cuidándolos como si fueran de la familia y resistiéndose a arrancarlos, aunque eso fuera lo que se estiló en un tiempo pasado.
Afortunadamente, los tiempos han cambiado y, hoy en día, su majestuosidad, sus formas escultóricas y su fuerza emocional los han llevado a inspirar a artistas, escritores y cineastas.
Hay ejemplares que cuentan incluso con nombres propios, que les pusieron los payeses, los vecinos o quien sabe. Los hay que han sido protagonistas de documentales, exposiciones y producciones cinematográficas, entre ellas la película “El olivo” (2016), de la directora Icíar Bollaín, que contribuyó a sensibilizar sobre la necesidad de proteger estos árboles.
Una ruta completa
De ahí que la Ruta de los Olivos Milenarios del Territorio sea una experiencia cultural, paisajística y emocional que nos pide un tiempo y una cierta calma para descubrir un legado único, profundo y ancestral.
A través de caminos rurales y campos de cultivo centenarios, podemos recorrer distintos municipios y contemplar de cerca estos árboles que son monumentos naturales y agrícolas.
La ruta nos ofrece múltiples posibilidades que podemos combinar a nuestro aire: visitas guiadas, museos al aire libre, degustaciones, centros de interpretación, talleres de agricultura, actividades fotográficas, recorridos en bicicleta, rutas de senderismo, actividades gastronómicas.